
El agua de rosas encierra en su delicada y embriagadora esencia, los secretos de salud y belleza más antiguos y excitantes; ya en la India y los países árabes se le utilizaba como un remedio básico para rejuvenecer la piel, para ritos religiosos y también para comidas. Es antiinflamatoria y descongestionante, los signos de cansancio por un largo día quedan aliviados por ese tónico perfumado. Si se usa por la mañana el agua de rosas, se puede observar cómo las bolsas debajo de los ojos se van aliviando. Su alto contenido en Vitamina C es perfecto para sintetizar el colágeno y reducir el envejecimiento. Además, también es excelente relajante. Suaviza las manchas, las estrías y las arrugas. Gracias a su vitamina B, E y sus taninos, la convierten en un tónico ideal para limpiar nuestra piel y reafirmarla. Sus propiedades antibacterianas y cicatrizantes, hacen del agua de rosas un aliado indispensable el acné.